viernes, 12 de noviembre de 2010

LA ESCULTURA

Dice Morrison que antiguamente los escultores mediocres rellenaban las carencias de sus obras con cera. De ahí viene la palabra sincera, la escultura que es perfecta y no tiene defectos y que no engaña. Desde las voluptuosas venus de Willendorf del 20.000 a. C. a las lipoesculturas repasamos el arte del volumen y la forma. Las manos de la foto son de Bernini. Ir a descargar

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