martes, 29 de abril de 2008

EL DERECHO A LA PEREZA

En el último programa se nos pasó por alto hablar de Paul Lafargue, un médico, periodista, político y revolucionario francés nacido en Santiago de Cuba y casado con Laura, la segunda hija de Carlos Marx. Entre los méritos que se le reconocen a Lafargue podemos destacar la introducción y divulgación del marxismo en España, la publicación del primer ejemplar del “Manifiesto comunista” y la redacción del libro “El derecho a la pereza”. En esta obra, una de las más difundidas de la literatura socialista mundial, Lafargue hace una crítica al sistema capitalista y propone, entre otras cosas, la defensa del sueño y la reducción de la jornada laboral a 3 horas, para así poder “trabajar lo menos posible y disfrutar intelectual y físicamente lo máximo posible”.

Os dejo unos cuantos fragmentos destacados de “El derecho a la pereza”.

“Trabajen, trabajen, proletarios, para aumentar la riqueza social y sus miserias individuales; trabajen, trabajen, para que, volviéndose más pobres, tengan más razones para trabajar y ser miserables. Tal es la ley inexorable de la producción capitalista”.

“El culto al trabajo, constituye una extraña locura, una religión de la abstinencia que genera cuerpos debilitados, espíritus encogidos, en suma, seres mutilados”.

“Si la clase obrera, tras arrancar de su corazón el vicio que la domina y que envilece su naturaleza, se levantara con toda su fuerza, no para reclamar los Derechos del Hombre (que no son más que los derechos de la explotación capitalista), no para reclamar el Derecho al Trabajo (que no es más que el derecho a la miseria), sino para forjar una ley de bronce que prohibiera a todos los hombres trabajar más de tres horas por día, la Tierra, la vieja Tierra, estremecida de alegría, sentiría brincar en ella un nuevo universo"

“El fin de la revolución no es un triunfo de la justicia, de la moral, de la libertad y demás embustes con que se engaña a la humanidad desde hace siglos, sino trabajar lo menos posible y disfrutar, intelectual y físicamente, lo más posible. Al día siguiente de la revolución habrá que pensar en divertirse”.

Qué opináis, ¿nos pasamos al lafarguismo?

sábado, 26 de abril de 2008

ÚLTIMO PROGRAMA: LA PEREZA

Dice Anto que quizá sin religión, incluso sin sociedad, la pereza no sería pecado, sino descanso. Es en todo caso un pecado íntimo, cotidiano, cómplice, simpático, hermano pequeño…


Si la dejáramos, Leyla nos contaría qué ha pasado esta semana. Una voz aterciopelada interrumpida por los habituales ladridos del equipo Perro Flaco:


Clemens nos presenta a un nuevo héroe de Perro Flaco (con perdón de la seguridad social francesa). Si eres vago, al menos sé listo:


Juguemos a si fuera. Si la pereza fuera un día de la semana, ¿no sería domingo? Miguel nos introduce Sunday morning, de la Velvet Underground:

Si no os apetece, no comentéis el post, pero no dejéis de hacerlo por pereza (que es pecado)...

LA PSIQUIATRA DE YUSEF Y LA PEREZA

Dice mi psiquiatra que la pereza no existe, que lo que yo tengo es que no me da la gana hacer las cosas. Digo yo si no será lo mismo. Como mi psiquiatra –ya la iréis conociendo– está en contra de una única tendencia, va probando distintas posibilidades. Es que es ecléctica (pregunta Joan si le da por robar cosas), aunque casi siempre se apoya en el psicoanálisis (si no le funciona, ya prueba con técnicas de otro tipo: acupuntura, por ejemplo).

Me prestó un libro de Freud (me dijo que se lo devolviera y que no lo subrayara), Inhibición, síntoma y angustia. Como no me gusta leer, me lo miré por encima y me quedé con que si no hago las cosas es por inhibición. Un día que no me apetecía salir de casa (es que tengo agorafobia) estuve reflexionando sobre cómo desinhibirme. A mí lo que me funciona es el alcohol. Así que antes de salir de casa me bebí veintiocho cervezas. Zigzagueé hasta el ascensor, no atinaba con el botón, le di al del tercero, luego al del cuarto… Total, que acabé subiendo a casa, y directo a la cama.

La semana siguiente le conté a mi psiquiatra mi fracaso con la desinhibición, y ella hizo un gesto como de negar con la cabeza baja, movimientos muy rápidos de un lado a otro (no supe cómo interpretarlo). Como esa semana andaba ella conductista, me dijo que tenía que obligarme a salir de casa aunque no me apeteciera. Esa misma noche, a las tres de la madrugada, me dije: Yusef, tienes que hacerle caso a tu psiquiatra, así que aunque llovía la hostia, allá que me fui a pasear solo (mis amigos no querían quedar porque curraban al día siguiente). Como es lógico, me pillé una buena pulmonía.

En la siguiente sesión, entre estornudo y estornudo, le conté que le había hecho caso y nada, con la fiebre y tal me daba aún más pereza salir de casa. Hizo un gesto como de negar con la cabeza baja, movimientos muy rápidos de un lado a otro (creo que esta vez aprobaba mis esfuerzos). Pensé que por fin íbamos a intentarlo con la acupuntura, que me hace mucha ilusión, pero no: me dio unas pastillitas blancas y redondas que me tengo que tomar por las mañanas. Parece que tardan quince días en hacer efecto. Ya os contaré qué tal, pero mientras tanto decidme si se os ocurre algo, que esta pereza es un sinvivir…

jueves, 24 de abril de 2008

domingo, 20 de abril de 2008

UN DÍA DE UN PEREZOSO CONVENCIDO

Escribir una entrada nueva, vaya perez...

viernes, 18 de abril de 2008

ÚLTIMO PROGRAMA: LA SOBERBIA

¿Trascendencia social? ¿Aspiración a la gloria? ¿Necesidad de sentirnos importantes? ¿O, sencillamente, demasiados humos? Volvemos con la soberbia, ¡y con audios!

Poco sacamos por aquí la sección musical de Miguel y esta semana no podíamos pasarla por alto: atención a la intro nada 40 Principales a 29 de Ryan Adams que se marca nuestro especialista melómano (¡ahí va qué chorrazo!):

Nieves parece haber nacido para sacarnos de la monotonía de nuestras vidas. Si de soberbia se trata, se saca de la chistera anécdotas de soberbia de personajes tan variopintos como el ex presidente André Agassi, el tenista Albert Einstein, el físico Wolfgang Amadeus Mozart o el músico José María Aznar:

Mira por dónde, por una vez un componente de Perro Flaco va y sabe lo que se dice… Joan llevaba años preparando este programa: es un especialista en la hybris, léase soberbia o insolencia o… ¿cómo era, Joan?

Acabamos con una breve pero intensa entrevista a dos bandas a amigos que sufren y nos cuentan la soberbia de los artistas: Miguel García Garrido, representante de la productora musical Todoazul, y Susana Ballesteros, periodista freelance en Hollywood…


Y nos despedimos hasta la semana que viene recomendándoos, como dice Joan, dos tazas de humildad por cada minuto de soberbia.

martes, 15 de abril de 2008

LA SOBERBIA Y EL CABALLO DE GENGIS KHAN

Al padre de Gengis Khan, lider de un importante clan, lo mató una salsa tártara. Su hijo, el joven Temujin vio como el resto del clan que lideraba el padre, huía dejándolos solos.  Al él, a sus seis hermanos y a su madre, no les quedo más remedio que deambular por pequeños pueblos mongoles viviendo de la caridad. Por ello, dicen, el aristócrata mendigo se educó en la vergüenza, en el rencor y en la más absoluta obsesión con la traición. Cuando una coalición de líderes organizó una revuelta contra los tártaros Temujin ya tenía hombros sufientemente robustos y un odio antiguo. Ganaron y obtuvo un alto mando en el nuevo ejercito dominante del que fue Khan antes de los treinta. Un ejército insaciable que tras la victoria debió ocuparse en el único entretenimiento posible: seguir conquistando. Entre 1207 y 1279 las tropas del príncipe universal, "Gengis Khan", pasaron de dominar una extensión de tierra del tamaño de la actual Mongolia a dominar toda Asia, desde Pekín hasta Bucarest. Todo el Imperio estaba sometido a un breve código de leyes (Yasa) al que sólo Gengis Khan tenía acceso. Estableció el mejor servicio de correos de la historia y legalizó la tortura en la que era un verdadero artista. Utilizó técnicas militares insuperables pero también se valió del terror y de la propaganda, para atemorizar y dividir a los enemigos.  Su mayor miedo fue su propia muerte. Por eso permitió cierta libertad de culto en la esperanza de que entre las distintas religiones encontraran el secreto de la inmortalidad.  Si como Khan era cruel con los humanos, el viejo Temujin trataba con mimo a los caballos, que no consideraba propiedades. Su favorito fue Dug (Tormenta) del que decían que comía carne humana. Dug era en realidad un corcel veloz y fuerte pero tan manso y tierno como despiadado era su jinete. Tampoco mató a Gengis Khan como dicen algunos, pero le hizo llorar. Fue sólo una vez. El día en que, tras haber participado en todas las batallas desde el inicio de las conquistas del imperio mongol, con honores militares de alto mando, el fiel Tormenta fue enterrado.

sábado, 12 de abril de 2008

ULTIMO PROGRAMA: ENVIDIA PARA TRES

Como no podemos colgar los sonidos del último programa, os lo cambiamos por un pequeño resumen desde el otro lado de la radio. Una de las mejores cosas de hacer este programa de radio es la caña de después. En el último, la envidia, sufrimos un poco, la verdad. Por eso la caña nos supo mejor. En el estudio sólo estábamos tres personas y nada más empezar se estropeó uno de los micrófonos y el teléfono. Poco a poco, la cosa se fue arreglando y al final salió un programa interesante y tuvo la pequeña recompensa de Javier, un oyente que nos trasmitía su "envidia" por no poder hacer radio. Así, la reflexión final sobre la envidia fue totalmente inesperada. La envidia está más en el que envidia que en el envidiado.
El mensaje que nos dejaba Helena Trujillo, psicoanalista, era algo más proactivo: transforma la envidia en reto, identifica lo que te gusta y trata de alcanzarlo.
Hablamos del envidioso de Cain (nuestro tataratatarabuelo) y escuchamos al buen Salieri, cuya envidia de Mozart, hizo sombra a su estupenda obra. Nieves trajo ciudades envidiables, los edificios mas altos, los aeropuertos más transitados... y acabamos con Joan que se marco un rap sobre el tema.
En fin, sobrevivir medianamente feliz ya es un buen reto. La semana que viene: La Soberbia. Ahora, una cañita a vuestra salud.

miércoles, 9 de abril de 2008

LA ENVIDIA COCHINA

La envidia, no nos rayemos, es simplemente la animadversión hacia el que tiene algo que nosotros querríamos. Pero siempre que uno piensa las cosas tres veces acaba sacando el lado bueno. Luego, el exponer un punto de vista original, se le aparece a uno como una tentación irresistible. Algo así le debió pasar a Fernando Savater para afirmar lo siguente en su ensayo sobre la envidia:
"
La envidia es muy curiosa, porque tiene una larga y virtuosa tradición, lo que parecería contradictorio con su calificación de pecado. Es la virtud democrática por excelencia. La gente por ella tiende a mantener la igualdad. Produce situaciones para evitar que uno tenga más derechos que otro. Al ver un señor que ha nacido para mandar, dices: «¿por qué estás tú allí y no yo? ¿Qué tienes que yo no tenga?». Entonces la envidia es en cierta medida origen de la propia democracia, y sirve para vigilar el correcto desempeño del sistema. Donde hay envidia democrática el poderoso no puede hacer lo que quiera."
Yo diría, resumiendo,
que Fernando Savater hace un bonito ejercicio de sofismo, e incluso diría que, en este caso, la caga bastante.


LA ENVIDIA SEGÚN MIJO

martes, 1 de abril de 2008

LA IRA SEGÚN MIJO

¿QUÉ HACEMOS CON NUESTRA IRA?


Este jueves en Perro Flaco hablamos de la ira, ese sentimiento de furia que algunas veces nos invade y que no sabemos bien cómo gestionar. En la película “Ejecutivo agresivo”, Jack Nicholson en el papel de un psiquiatra chiflado obliga a su paciente a parar el coche en medio de un puente y a cantar “I feel pretty” como terapia para calmarse cuando está un poco alterado porque llega tarde al trabajo. ¿Y vosotros que hacéis para controlar vuestra ira y evitar que se os lleven los demonios?