jueves, 19 de marzo de 2009

Poli bueno y poli malo

Los polis, como los reyes, los ladrones, los soldados y los vaqueros siempre han sido mejores personajes que personas. En este caso realidad y ficción resultan verdaderamente antagónicas y ambas rehusan normalmente cualquier acercamiento. Sin embargo, igual que algun exmarido, en algún momento de su vida, se atreve a llamar a su ya desocnocida exmujer para ver qué tal, algunas veces ficcion y realidad policial quedan para mirarse un rato a los ojos. Por eso, supongo qué algún poli, alguna vez, se ve a si mismo como un heroe atormentado. Eso sólo lo supongo. Lo que sé es que de vez en cuando una historia, una ficción, trata de acercar el cuerpo policial al sector burocrático del estado al que pertenece y arrima a los policias a los urbanitas compulsivamente infelices que somos todos. Al poli real aun no lo conozco, al personaje sí. Sale en esta seríe, the Wire, en la que los aficionados a la sociología, o lo que no es lo mismo, los sociologos aficionados, pueden disfrutar de un contemplativo retrato que en mi opinión significa toda una postura politica, respecto a la poli y respecto al mundo.  En la serie los policias son funcionarios, funcionarios quemados, ilusionados, trabajadores, vagos, mentirosos y rendidos y solo algunos, muy al fondo de sus vidas encuentran a veces un consuelo en el sentido que ocasionalmente tiene su trabajo, detener al malo. Un consuelo que es mentira porque el malo no es tan malo y su maldad se queda aunque él se vaya. La serie no ofrece desde luego más consuelo que el de una historia contada con mimo en los diálogos y la fotografía. Más allá de eso te deja como Nerón mirando arder Roma, casi orgulloso de la locura en qué vivimos. De la locura que es hacer de la violencia, del delito, de la negligencia y de la ambición rutinas aceptadas. TheWire pone el foco más allá de la coyuntura, de la modernidad o del capitalismo, mira al fondo oscuro del alma de los hombres y dibuja el bien como una suma de casualidades. Vedla.

3 comentarios:

NáN dijo...

Dina, si hay una serie que veo con ganas, a pesar de que van contando una historia continua y solo la veo a veces, es esta.

Tienes toda la razón. Si es caso, diría que más que como Nerón viendo arder Roma, yo la veo como un romano de a pie viendo Roma. Y si es caso también, además de dibujar el bien como una suma de casualidades, describe el mal como una causalidad general. Porque el mal, en esta serie, no lo veo en los malos, aunque están dispuestos a matar por una esquina, sino en el funcionamiento burocrático y la corrupción burocrática: ¡ni siquiera por dinero! Y eso es lo que la diferencia de otras series, en las que unos polis y políticos se han corrompido por dinero. Esta muestra una maquinaria de imposible funcionamiento.

Lo de mejores personajes que personas me sirve mucho y para mucho (me lo quedo).

Gracias

BRUNO dijo...

Ayer, a las 2 de la noche me puse el último capítulo de la serie. Tiene diálogos del primer capitulo, cinco temporadas antes, en plan todo vuelve a empezar. Es increible. Es buenísima.

NáN dijo...

Jo, eso es que los tienes todos. ¡qué suerte!