Como no podemos colgar los sonidos del último programa, os lo cambiamos por un pequeño resumen desde el otro lado de la radio. Una de las mejores cosas de hacer este programa de radio es la caña de después. En el último, la envidia, sufrimos un poco, la verdad. Por eso la caña nos supo mejor. En el estudio sólo estábamos tres personas y nada más empezar se estropeó uno de los micrófonos y el teléfono. Poco a poco, la cosa se fue arreglando y al final salió un programa interesante y tuvo la pequeña recompensa de Javier, un oyente que nos trasmitía su "envidia" por no poder hacer radio. Así, la reflexión final sobre la envidia fue totalmente inesperada. La envidia está más en el que envidia que en el envidiado.
El mensaje que nos dejaba Helena Trujillo, psicoanalista, era algo más proactivo: transforma la envidia en reto, identifica lo que te gusta y trata de alcanzarlo.
Hablamos del envidioso de Cain (nuestro tataratatarabuelo) y escuchamos al buen Salieri, cuya envidia de Mozart, hizo sombra a su estupenda obra. Nieves trajo ciudades envidiables, los edificios mas altos, los aeropuertos más transitados... y acabamos con Joan que se marco un rap sobre el tema.
En fin, sobrevivir medianamente feliz ya es un buen reto. La semana que viene: La Soberbia. Ahora, una cañita a vuestra salud.
3 comentarios:
Uno de los tópicos que más nos gusta decir de nosotros mismos es que en España hay demasiada envidia. Si a alguien le van mal las cosas, se dice que es porque los españoles somos demasiado envidiosos. Pero yo no estoy nada de acuerdo. No percibo envidia en mi día a día, no tengo ese típico amigo (que supuestamente abunda por ahí) que me traiciona por envidia, no suelo envidiar de manera enfermiza a la gente. ¿Realmente pensáis que en este país la envidia esta tan presente?
Para despedirme, una confesión que contradice (en parte) lo que acabo de escribir: me dan envidia vuestras cañas.
Pues yo sí que la pienso rfa, he visto compañeros criticar cosas que en el fondo les gustaban para que no se enalteciera al otro, he visto mucha gente que critica nimiedades a sus iguales y se calla mezquinamente ante las injusticias de los superiores. He visto a chicas criticar a amigas para llevarse a un maromo al lecho. Y he visto huestes ingentes de españolitos tirando hacia abajo de los que ascendían...
Supongo que hay que distinguir entre la envidia de baja intensidad y la de alta.
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